viernes, 13 de diciembre de 2013

Empresa agropecuaria: ¿Cómo es el bono del Gobierno para incentivar la venta de soja?

En Agronegocios y economía hemos ido hablando sobre la situación de incertidumbre macro y la necesidad que presenta la empresa agropecuaria de "dólarizar" su producción dado que enfrenta costos en dólares (Incertidumbre cambiaria). Esto significa no vender su producción y luego tener que afrontar gastos que se ajustan por el tipo de cambio (¿vender hoy o vender mañana?).

Asimismo hemos comentado sobre los altos precios actuales de la soja vieja, en relación a los futuros de la próxima campaña. Entre ambas campañas, actualmente existe una diferencia de US$43/tn. La letra dollar linked que emitiría el BCRA es un instrumento que tiene un valor en dólares (por ejemplo US$100), pero que al momento del pago se pesifica al tipo de cambio oficial (al día de hoy recibiría $624,5, aproximadamente). Así ese instrumento estaría ajustado por el tipo de cambio, pero además, también pagaría un interés de 3,65% anual. Estas letras serían entregadas a cerealeras y tendrán una duración de 180 días, aunque podrán ser canceladas a partir del día 91 de su emisión. Los productores las podrían recibir como medio de pago de sus ventas y podrían utilizarlas para pagar a sus proveedores.

A priori, sin tener aún demasiadas certezas, es un instrumento a considerar. Las razones son las siguientes:
1- estarían garantizadas por el BCRA. 
2- permite aprovechar los precios actuales.
3- permite aprovechar la devaluación (más un premio).
4- disminuye el riesgo de tener el cereal guardado, ya sea por merma o por robos.
5- otorga espacio para el almacenamiento de la nueva campaña.

Pero lógicamente existen riesgos:
1- quién será el agente de pago y mediante qué medio.
2- uno se desprende de la mercadería.
3- no va a existir un mercado secundario donde comercializarlo (disminuye el margen de maniobra, porque para liquidarlo antes de los 91 días seguramente uno tenga que descontarlo o acordar con el proveedor ese margen de plazo).
4- se fija precio (sería como un forward) (a priori, como se comentó, el mercado -y los principales analistas- ven precios inferiores para la próxima campaña).

En conclusión, más allá de que aún no se hizo oficial cuál será la estructura final del instrumento, es importante ir conociendo estos instrumentos "dollar linked" y según como se defina, puede llegar a ser una alternativa atractiva para la empresa agropecuaria, dado que permitiría aprovechar los precios actuales y la devaluación, obteniendo un mayor valor de venta de los granos. Pero siempre va a ser mejor, si uno conoce su flujo de fondos y sabe cuando debe hacer erogaciones, para poder planificar con estos instrumentos.

Agrofinanzas y la retención de soja

miércoles, 4 de diciembre de 2013

Empresa Agropecuaria, ¿ S.A., S.R.L, o Fideicomiso?

Por Mariano Monferini
versión original en: http://www.estudiomonferini.com.ar/

A la hora de comenzar un emprendimiento agropecuario, el primer punto que debemos estudiar es que figura jurídica vamos a utilizar para llevar a cabo dicho emprendimiento. En  esta oportunidad, las opciones que trataremos en este artículo son: la sociedad anomia (S.A.), la sociedad de responsabilidad limitada (S.R.L.) y el fideicomiso.

Regulada en la ley 19550, la sociedad anónima tiene las ventajas de resguardar el patrimonio de los accionistas de cualquier contingencia que pudiera tener la sociedad, pero es de importancia tener en cuenta que generalmente en los pequeños y medianos emprendimientos, los accionistas revisten la calidad de directores y en este caso se le puede extender la solidaridad en el aspecto impositivo tal como lo contempla el artículo 8 de la ley de procedimiento fiscal, como así también, en cuestiones del ámbito laboral, referidos a empleados en relación de dependencia.

La sociedad anónima al igual que las demás personas jurídicas tributa con la alícuota más alta de la escala del impuesto a las ganancias (35%), cosa que como veremos plantea una desventaja respecto al fideicomiso.

Otro aspecto a tener en cuenta es la necesidad de realizar los trámites pertinentes en el organismos de controlar, cuestión que lleva costos aparejados.

Siguiendo con las sociedades tenemos la sociedad de responsabilidad limitada, conocida como SRL. Es similar a la S.A. con la diferencia de que es menos flexible: como el socio gerente se encuentra designado en el contrato social, es de mayor complicación cambiarlo, a diferencia de la sociedad anónima que renueva sus autoridades cada 3 años por medio de actas. Esta desventaja trae aparejado una ventaja, la cual se evidencia en los menores costos que lleva su mantenimiento, ya que al no tener que renovar autoridades los trámites necesarios en el organismo de contralor son menores que en la S.A.

Entre S.A. y SRL, a mi entender la mejor opción es la S.A., tal vez un poco más costosa, pero más flexible.

Por último, desarrollaremos el fideicomiso, figura regulada en la ley 24.441. A diferencia de las sociedades mencionadas anteriormente en principio y sin perjuicio de cierta jurisprudencia, el fideicomiso no es una persona jurídica, pero a los fines impositivos si posee  CUIT propio.

No voy a tratar el fideicomiso financiero, solo voy a mencionar que para poder constituir un fideicomiso financiero es necesario contar con un fiduciario financiero, que es una entidad financiera o una sociedad especialmente autorizada por la Comisión Nacional de Valores (CNV),  estos fiduciarios cobran por sus servicios altos honorarios, y a menos que estemos pensando en hacer oferta de los certificados de participación lo que implicaría un proyecto más ambicioso, es mejor volver a nuestro humilde pero siempre practico fideicomiso agropecuario.

¿Pero qué es un fideicomiso?, bueno tomaré el artículo 1 de la ley que dice así: “Habrá fideicomiso cuando una persona (fiduciante) transmita la propiedad fiduciaria de bienes determinados a otra (fiduciario), quien se obliga a ejercerla en beneficio de quien se designe en el contrato (beneficiario), y a transmitirlo al cumplimiento de un plazo o condición al fiduciante, al beneficiario o al fideicomisario.”

Si bien el artículo menciona 4 personas, el fiduciante puede ser beneficiario y fideicomisario simultáneamente, pero lo que no puede ser es fiduciario.

Simplificando, necesito mínimo 2 personas, una que aporte los bienes y otra que los administre. El beneficiario y el fideicomisario pueden o no ser diferentes al fiduciante (los términos se usan en singular pero son válidos para el plural, beneficiarios, fiduciantes, fideicomisarios).

Este contrato cuenta con ventajas impositivas respecto a las sociedades mencionadas anteriormente, ya que si el fiduciante y beneficiario son la misma persona, el impuesto a las ganancias se paga en cabeza del beneficiario, lo que podría producir la utilización de una alícuota más baja del impuesto.

Otra ventaja es que el patrimonio de los participantes estaría todavía más protegido que en las sociedades por acciones y cuotas, visto que no está incluido en el artículo 8 de la ley 11683. También en el ámbito laboral posee una ventaja, a diferencia de las sociedades mencionadas anteriormente donde los directores son solidariamente responsables en los aspectos laborales y tienen que demostrar su inocencia, en el fideicomiso se debe demostrar la culpabilidad del fiduciario, es decir existe una diferencia de la carga de la prueba que no es menor.

La posibilidad de incorporar sobre la marcha a nuevos inversores de manera sencilla es otro de sus atractivos. Y el hecho de que no cuenta con un organismo que lo regule claramente lo hace menos costoso.

Para tener en cuenta: nuestra queridísima Administración Federal de Ingresos Públicos, aproximadamente día de por medio está sacando algún régimen de información nuevo para fideicomisos. Pienso que la flexibilidad, velocidad,  y la ausencia de un organismo de contralor produjeron que esta figura no sea de agrado al ente recaudador.

En resumen: ¿Qué elegiría yo?

Lo primero que haría seria descartar la SRL.

Después, bueno después depende…

Si mi intención es ir incorporando inversores para realizar el emprendimiento optaría por el fideicomiso, pero si mi objetivo es formar una empresa más cerrada y con vista al largo plazo mi opción sería la S.A.

viernes, 29 de noviembre de 2013

Agronegocios: ¿Qué va a pasar con el trigo, la harina y sus derivados?

La situación de escasez de trigo fue un evento extraordinario en 2013 (¿qué pasa en el mercado del trigo?), algo que no ocurría desde la década del '50 (se tuvo que importar durante la presidencia de Perón) y tuvo como principal causa las malas políticas aplicadas al sector (ROEs). Aún así, la falta de medidas claras para incentivar su siembra -más allá de un anuncio sobre las retenciones (Modificación en las retenciones al trigo) que posteriormente no se cumplió- ocasionaron que la producción estimada para la campaña 2013-14 alcance las 9,1 millones de toneladas (aunque el Minagri estima 8,8 millones), cuando hemos producido en el pasado casi 16 millones de toneladas.

Se debe aclarar que la producción estimada satisface la demanda interna, la cual se sitúa en alrededor de 7 millones de toneladas, y deja un resto para recomponer stocks y según la cifra que se elija, algo o nada para exportar. Pero el problema radica en el sistema impuesto de comercialización, dónde la exportación está sujeta a la autorización de ¿Moreno? (habrá que ver de quién ahora), lo cual no crea un comercio transparente. En esa línea, en lo que va de este año, sólo se han otorgado permisos para exportación cercanos a los 44.000 toneladas, de lo cual se pueden hacer dos escenarios: 1) optimista: "el gato se quemó con leche", así que están esperando a tener los datos de la producción para ver si alcanza para abrir exportación; 2) pesimista: se garantiza el trigo barato para molinos (perjudicando al productor) y los exportadores también lo compran barato a la espera de las autorizaciones. El escenario más probable es el 1), primero porque el estado necesita dólares (entonces en caso de haber trigo para el mdo interno, habilitaría algo de exportación), y segundo porque los productores que no estén apretados financieramente no van a vender a precios que no guarden relación con el mercado internacional (es decir, saben que hay poco trigo y no van a malvenderlo).

Ahora el tema complejo, es ver cómo reacciona la cadena de agronegocios del trigo en cuanto a la distribución de la renta. Es decir, a qué precio va a vender el productor el grano, a qué precio va a vender la harina el molino y a qué precio van a vender los productos farináceos las empresas. ¿Por qué surge este interrogante? porque cuando existen distorsiones de precios como ha pasado este año debido a la escasez del grano, la normalización va a implicar una "lucha" de intereses hasta que se vuelva a un estado "aceptable (o de equilibrio)".

El primer dato al comenzar la cosecha, es la fuerte baja de precios del trigo, aunque convergiendo a los valores internacionales. Sin embargo, el precio de la harina y de algunos de sus derivados cedieron pero en menor medida que el trigo. Este comportamiento es consecuencia de la pérdida de referencias relativas para ir bajando los precios y los comportamientos que pueda tener la demanda. Sin embargo, se debe tener en cuenta que la molienda de septiembre fue la más baja desde 2002, y la de octubre la más baja desde 2006, es decir, el alza de precios parece haber disminuido la demanda de productos, por lo que hacia adelante este eslabón en la cadena va a influir y será referente para el reacomodamiento de los precios. Es de esperar que esta conducta se mantenga en diciembre y enero, y una vez que existan datos concretos de los niveles de trigo, se vaya normalizando (siempre y cuando el gobierno no habilite exportaciones por encima de la capacidad de exportación disponible). 

Por último, acerco una pequeña regresión para estimar el precio de la harina según los valores que alcance el trigo. Es un modelo muy simple pero que ha mostrado robustez en los resultados. El modelo sirve cómo guía para estimar los probables precios de la harina. Acá solo utilizo el costo del trigo, pero hay otros elementos que también influyen. A modo de ejemplo, a principio de año la tonelada de trigo interna se ubicaba entre US$220-250/tn y la bolsa de 50 kg de harina se vendía entre US$24-30, es decir, de volver a esos valores el trigo, la harina también debería seguirlo. Para acceder al cálculo del precio de la harina siga el siguiente enlace: Estimación del precio de la harina y presione la fecha que apunta hacia abajo en la barra gris para descargar el archivo y modificar los valores de las variables.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Datos para conocer el sector agropecuario Argentino

Dado que en muchos casos es necesario una rápida sintetización del sector en algunos números para debatir con fundamentos en reuniones de negocios, en presentaciones de proyectos de inversión, en charlas con amigos, en la mesa los domingos, etc etc., les dejo un archivo donde voy subiendo algunos números generales como el Producto Bruto del Sector Agropecuario, cantidad de empleo registrado generado, nivel de exportaciones, producción física, entre otros.

Posteriormente voy a ir ampliando no solo las variables mostradas, sino también desagregando según las provincias más importantes (Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe) y actualizandolas cuando se presenten nuevos datos.

Debe hacer click en Monitor de agronegocios para acceder.

lunes, 21 de octubre de 2013

La empresa agropecuaria: incertidumbre económica y de precios para la campaña 2013/14

El sector agropecuario se enfrenta a un horizonte con mayor incertidumbre que las últimas campañas. Si bien el ciclo 2012-13 revirtió en parte los malos resultados de los años previos, no logró satisfacer dos frentes relevantes: por un lado, en dejar un perfil de humedad en el suelo satisfactorio para la presente campaña y por otro, en dar un alivio financiero a los empresarios agropecuarios.
Con este antecedente a cuesta -desfinanciación y escasez de agua-, la campaña 2013-14 arrancó con un baja superficie sembrada de trigo (3,4 millones de hectáreas), la cual además fue influida, como ya es costumbre, por las fuertes distorsiones que existen en el mercado del trigo. Este menor área, sumada a un clima que no ha sido favorable, ponen un manto de duda sobre el nivel de producción esperada de 12 millones de toneladas, despertando “miedos” sobre el aprovisionamiento del cereal para el próximo año, lo cual se refleja en el precio del contrato de diciembre (mes de cosecha) el cual saltó de 200 dólares la tonelada a fines de agosto a US$281 un mes después. A priori, sin autorizaciones para exportar, parecería que no habría inconvenientes para satisfacer el mercado doméstico, más allá de que la producción esté más cercana a los 10 millones (Bolsa de Cereales de Buenos Aires), pero nuevamente vamos a abastecer en menor medida (o incluso no abastecer) a clientes importantes del exterior, especialmente Brasil. Como punto positivo para los productores, es que los precios internos, en caso de no mediar autorizaciones para la importación, van a volver a estar en línea con los externos (sin casi descontar las retenciones) o si la producción es aún menor, podrían ser superiores a los externos. Para aquel productor que tenga trigo en noviembre, debería aprovechar ese mes para venderlo y para después de diciembre, el que pueda mantenerlo podría ser una buena oportunidad para aprovechar mayores valores, por ejemplo a julio cotiza más de 35 US$ por encima.
Para los principales cultivos de verano, maíz y soja, el problema de escasez de agua en estos meses esta inclinando el área de siembra hacia la soja que presenta mayor flexibilidad frente a climas adversos. Además otras ventajas de sembrar la oleaginosa por sobre el cereal son: menor inversión inicial (alrededor de 150 dólares menos por hectárea) y menos distorsiones en la comercialización. De todas maneras, existen ciertos incentivos a la siembra de maíz: primero, los precios a abril y mayo de 2014 (momento de cosecha de los granos) favorecen al cereal dado que históricamente 1 kilo de soja ha permitido comprar 2,1 kilos de maíz, y para esa fecha la relación está cercana a 1,86; segundo, en ciertas zonas con rendimientos aproximados en maíz de 2,8 veces más altos que en soja, la rentabilidad tiende a favorecer al cereal. Resumiendo, la soja se mantiene como el grano para resguardo de valor en el cual confían los productores.
Analizando la tendencia de precios para los tres granos mencionados, la misma es bajista a nivel internacional en los próximos años -más allá de lo que acontezca en el mercado interno del trigo- lo cual genera dos puntos de vista que pueden ser independientes o bien vincularse. El primero de ellos es "preocupación" por la caída de las cotizaciones de los productos que vendo con costos que podrían llegar a ceder sólo en parte (vía menor precio de insumos directos); el segundo es "precaución", que idealmente sería conveniente que surja inmediatamente después del primero y que tenga mayor intensidad y sea el que domine el accionar. La preocupación en sí misma es una señal de alarma, pero si uno queda “quejándose” sin ningun accionar es imposible superarla o llegado el momento puede que sea tarde. Cuando uno empieza a pensar hacia adelante, empieza la etapa de preocupación, pero entendida positivamente como un plan proactivo para la adaptación al nuevo entorno.
Recién comenté que si los precios caen, los costos de los insumos directos también ceden, pero en una menor proporción, por lo que hay que ver que otras variables se pueden ajustar para mantener un determinado nivel de rentabilidad. Para poder llevar a cabo esa tarea, es necesario conocer la empresa, lo cual comprende entre otros atributos, poseer una estructura de costos por cultivos por hectárea, saber cuándo se deben hacer pagos (flujo de fondos presupuestado y realizado), determinar los gastos estructurales, es decir, generar información confiable que ayude a la toma de decisiones.
Por ejemplo, el principal costo de una empresa agropecuaria que arrienda tierras es el alquiler (alrededor de un 30-40% del costo de la hectárea implantada según el grano seleccionado), por lo que esa variable es crucial a la hora de los resultados del negocio, pero para poder determinar valores aceptables, es preciso conocer la empresa, es decir, mejorar la gestión económica-financiera para establecer si la negociación de los alquileres implica una caída en el monto fijo acordado, o la utilización de alternativas que comparten el riesgo con el propietario del campo.
Además en estos momentos de incertidumbre cambiaria, es necesario vincular los costos dolarizados con instrumentos que permitan que nuestra producción esté atada al dólar, para eliminar el riesgo de una devaluación. También es primordial analizar la conveniencia de retener producción o venderla e invertir ese dinero. Esto básicamente consiste en estimar el precio que obtendríamos en caso de vender la soja en el presente e invertir ese dinero, contra retener la soja y venderla en el futuro. Hoy por hoy, los indicadores muestran que los granos están en un buen precio en relación a la próxima campaña, siempre con el supuesto de que el clima acompañe y se alcancen producciones altas en el mundo. En vista de ello, en caso de decidir desprenderse de granos, lo que no hay que hacer es quedarse con pesos ”ociosos” (no necesarios). Alternativas posibles son: compra de insumos de contado (también se puede hacer a canje y aprovechar los beneficios fiscales), compra de bienes, compra de bonos dolarizados, compra de acciones, entre otros. La idea es posicionarse en activos que como mínimo cubran su valor real.
En conclusión, a pesar de que las tendencias de precios sean bajista hay que mejorar la gestión de su empresa para "afinar" los números y con ello mejorar su información para la toma de decisiones para ir aprovechando oportunidades de negocios que puedan ir surgiendo.

viernes, 18 de octubre de 2013

Agronegocios: Una agricultura orientada al consumo

En el siguiente link podrán encontrar un artículo de mi autoría, sobre agronegocios, publicado en la Revista de Economía y Comercio Internacional Nº3 del Grupo de Estudios Internacionales Contemporaneos (GEIC).

Link: http://www.geic.com.ar/2010/wp-content/uploads/2013/10/Priotti.pdf

El artículo plantea que si bien el futuro es incierto, muchos analistas coinciden en que existen determinadas hechos que podrían influir sobre el comportamiento alimenticio, dejando abierto diferentes nichos para la presentación de nuevos productos que poseen características que los hagan elegibles. Además, se expone al cooperativismo -entendido no como una forma burocrática, sino como una forma de asociatividad que permita a sus socios incrementar su renta a través de la integración de actividades que no podrían hacer de manera aislada- como una manera de adentrarse en estos nuevos mercados.


martes, 20 de agosto de 2013

Agrofinanzas (tres): La "trampa" de la tasa de interés real negativa

En Agronegocios y economía, hemos ido hablando sobre agrofinanzas y la importancia de conocer la empresa agropecuaria. Siguiendo sobre la temática, en este caso analizaremos la toma de créditos con tasas de interés inferiores a la tasa de inflación (verdadera).

En escenarios inflacionarios, siempre que la tasa de interés sea inferior a la tasa de inflación, se está en presencia de una tasa de interés real negativa. Es decir, los intereses aumentan menos que el índice de precios al consumidor (IPC), que es la medida que se utiliza comúnmente para estimar la inflación.
Sin embargo, la capacidad de "apropiarse" de esa renta generada vía inflación recae sobre aquellos negocios que tienen la posibilidad de ajustar sus precios de venta al ritmo del IPC (inflación), ejemplos de los cuales hay cientos en lo que respecta al comercio (pudiendo aumentar en una mayor o menor medida sus precios en relación a la inflación, según la sensibilidad de su demanda frente a variaciones de precios).
Claramente, aquellos sectores tomadores de precios, como ocurre con el sector agropecuario, donde la cotización a la cual se vende viene dada por los mercados, dependen de la tendencia del mismo para poder "beneficiarse", es decir, no tienen bajo control directo el incremento del precio al cual van a vender, lo cual puede llevar a esfuerzos mayores (tener que vender más granos, leche o animales) para poder afrontar las obligaciones.
En el siguiente cuadro se presenta un ejemplo (simplificado) aplicado al sector granario:

Un productor tomó un préstamo en julio de 2012 de $100.000, a una tasa del 15% a pagar en julio de 2013. Llegado este mes, debe abonar $115.000.
Entonces, dependiendo de los usos de ese dinero, se analizan formas de pago ¿cuáles son las alternativas de pago que presenta?
1- Si se utiliza para capital de trabajo, es necesario que la rentabilidad de la actividad a la cual se aplique sea superior a la tasa pagada (apalancamiento).
2- Pero si es utilizado para adquirir un bien de capital (tal como han sido las líneas que han otorgado los bancos, a través de la obligatoriedad de la Nación), es necesario analizar las alternativas existentes para la compra -después de haber analizado que el proyecto es viable económicamente-:
   - pago de contado (sin tomar crédito): Si suponemos que la máquina valía $100.000, el productor debería haber vendido 56,4 toneladas de soja para adquirirla (soja cotizaba a $1.772 la tonelada).
   - Vía crédito: obtuvo el crédito, y tiene que devolver a 1 año -julio 2013- $115.000. Durante ese año la soja cotizó con vaivenes, alcanzando valores de $2.000, pero en ese mes particular, la soja cotizó en $1.756, lo que le demandó al productor vender 65,5 toneladas de soja, un 16% más que si las hubiera vendedo al momento de sacar el crédito (es decir, aún superior a la tasa cobrada del 15%). Esto es lo que llamo "la trampa de la tasa de interés real negativa".
La pregunta que surge ante esta evidencia es: ¿está bien endeudarse con tasa de interés real negativa? y la respuesta es SI.
El verdadero problema para la empresa agropecuaria está en no disminuir el riesgo del precio. Dado que al tomar el crédito enfrenta un flujo de fondos conocido, existen varias alternativas para poder "apropiarse" de la renta que genera la inflación y no tener después que salir a vender una mayor porción de granos para poder pagar el crédito:
1- Al mismo momento de la obtención del crédito, vender la cosecha a la cotización del día. Posteriormente, invertir ese dinero en instrumentos (pueden ser cheques de pago diferidos, ON, cauciones, bonos, letras, etc; pensar en agrofinanzas!!) hasta la fecha de cancelación del crédito, siempre en tasas superiores al costo financiero total que le cobran desde el banco. De esa manera, la renta que obtenga por sobre la tasa de interés será una ganancia, que funcionaría como un incremento en el precio de la soja vendida (una explicación de este mecanismo se encuentra en este artículo -click-).
Ejemplo: Si las 56,4 toneladas vendidas que representan $100.000, se colocan a una tasa anual del 20%, se obtendría $20.000 de interés, contra los $15.000 que debería pagar. Esos $5.000 serían beneficio para el productor, y representarían: i) un ahorro de 2,82 toneladas de soja; ó ii)un precio de venta de $1.860,7
2- La segunda variante propuesta es similar, sólo que se deja a riesgo del productor cuando vender los granos. En este caso, puede ser que el productor espere que se incremente la cotización hasta llegar a un determinado valor y recién allí, volcarse a inversiones financieras.
La segunda alternativa es más riesgosa y se acerca más a la venta en el momento de la cancelación del crédito. 
Este ejercicio es conocido como "cobertura", y es fundamental en las agrofinanzas, dado que permite disminuir la incertidumbre frente a la volatilidad de los precios. La mayor dificultad de implementación surge de la posibilidad (dado que el clima en muchas casos no es comporta de la manera esperada) de que el precio obtenido de las inversiones financieras al momento de la cancelación sea inferior al que prime en el mercado al momento de cancelar el préstamo. En ese momento, el productor no aprecia esa diferencia negativa como el "seguro" por haber asegurado un precio determinado, sino que si no tiene incorporado –y aceptado- el concepto preciso de cobertura, lamentará la supuesta “pérdida”. Sin embargo, en el otro extremo -como el ejemplo citado-, se mostrará sumamente complacido si el precio fijado previamente es superior al del mercado de contado (En este link las proyecciones de precios para futuro). En vista de ello, es necesario aclarar que la cobertura tiene como objetivo principal la reducción del riesgo. Y para realizar una buena cobertura, es necesario conocer la estructura de costos de la empresa y los flujos de fondos del futuro (en este link una explicación de qué es planificar).

Es claro, que los agronegocios deben empezar a incorporar más elementos de las finanzas -agrofinanzas- para poder incrementar los resultados.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Agrofinanzas (dos): ¿vender hoy o vender mañana?

A la hora de manejar las finanzas agropecuarias se debe tener presente dos variables relevantes que afectan la decisión de venta de granos. Primeramente lo que respecta al costo de almacenamiento, representado por la comisión de la empresa acopiadora o por los costos asociados al silobolsa. En general, la comisión cobrada por las empresas acopiadoras varía entre 1,5-3% sobre el valor bruto al momento de la venta. Por el lado del silobolsa, comprende los desembolsos realizados en la adquisición de la bolsa, en el llenado de la misma y en la extracción del grano, más la merma por pérdida de calidad.


La segunda variable a considerar es la tasa de interés, debido a que es el costo de oportunidad del productor. Es decir, es lo que obtendría si decide vender el grano grano en el presente e invertirlo. Las razones para mantener grano son varias, entre las más relevantes están: expectativas de aumento de precio, diversificación de la cartera, o seguridad de mantener un bien físico.


Entonces a la hora de avanzar en una cobertura a través de instrumentos financieros de los mercados a término, o mantener grano a la espera de la venta, es importante comparar el valor que podríamos obtener en el futuro (viendo la cotización obtenida en el Mercado a Término multiplicada por el tipo de cambio esperado) contra lo que se podría obtener en caso de vender los granos en el presente y colocarlos a una tasa de interés hasta ese período. En la siguiente fórmula se presenta este análisis:

F0=S0e(r+u)T

Donde:
F0= precio a futuro en el período 0
S0= precio spot en el período 0
r= tasa de interés
u= costo de almacenamiento
T= período de tiempo
e= función exponencial por ser una capitalización continua

Lo que esta ecuación indica, es que el precio futuro F0 igual a vender los granos hoy, capitalizados a una tasa que es igual a la suma del costo de interés (r) más una prima (u) que es lo que se ahorra en almacenamiento el productor. Entonces, si los contratos de futuro (F0) presentan un precio superior al valor que obtengo de vender hoy mi producción y capitalizarla a una tasa de intereses (r) y un costo de almacenamiento (u), me conviene retener el producto y venderlo en el futuro, ya sea de contado en ese momento o adquiriendo hoy el contrato a término; en cambio, si el valor del futuro es inferior, me conviene liquidar la producción hoy y colocar el monto a capitalizar.

Hay que tener en cuenta que en el caso de adoptar una estrategia con instrumentos financieros o vender granos en el presente e invertirlos, se estaría disminuyendo la incertidumbre en ambos casos y se debería optar por la alternativa que brinde un precio superior. Pero si el productor no es muy afecto a "cubrirse" y lleva a cabo este análisis, con la venta en el presente si eliminaría la incertidumbre, pero si decide mantener la cosecha a la espera de aumentos de precio, estaría manteniendo riesgo. No significa que esté mal, sino simplemente que es más riesgoso quedando expuesto a que su estimación de precios no se concrete y que exija mayores ventas de granos para cubrir las erogaciones.

Lógicamente, la mejor manera de poder decidir sobre cuándo vender y qué precio es conveniente para la empresa, es conociendo la estructura de costos de la misma y los flujos de fondos que se deben enfrentar por todo concepto hacia adelante.


lunes, 5 de agosto de 2013

La dificultad de planificar: que se espera de los precios

Luego de sembrado los cultivos de inviernos (trigo, cebada, arveja, colza), ya las decisiones pasan por cómo distribuir el área entre los cultivos de verano. Sin embargo, lo más sensible es ver como ir cubriendo los gastos, en medio de una baja significativa de los precios en el mercado internacional. Para ello vamos a hacer un pequeño análisis de corto y mediano-largo plazo para poner un poco de luz sobre la evolución de los precios, pero siempre conociendo que el clima es un factor no controlable y que afecta directamente los precios.
 
  • Algunos hechos a tener en cuenta en el corto plazo (el "hoy" + próximos 4 meses) son:
1- La sequía que experimentó EE.UU. el año pasado (la peor en 56 años) le había otorgado a los precios de los commodities agrícolas una "prima climática", que dominó a los demás factores que también afectan los precios. Esta prima ya se ha ido achicando y desaparecería con el ingreso de la nueva campaña yanqui (siempre que el clima siga acompañando y se cumplan con los buenos pronósticos de rendimiento).

2- La baja en los precios internacionales no afectó con la misma profundidad al precio interno principalmente por dos razones: i) lo que pagan los exportadores y fabricantes depende de su capacidad de pago (también venden sub-productos como harina de soja y aceite, que tienen una retención inferior -32% contra 35%-); ii) el precio pizarra también tiene en cuenta los contratos de futuros que ya mostraban bajas. Sin embargo la brecha entre precio externo e interno en dólares (la cual de cerca del 45% el mes pasado se ha achicado al 38%) sugiere que ante caídas en el exterior, el precio interno va a estar más sensible a seguirlo, por lo que hay que analizar la evolución del tipo de cambio.  

3- El gobierno aceleró la tasa de devaluación, siendo en julio de 2,2% mensual, lo que estaría cercana al 30% anual, lo que favorecería lo que cobraría el productor interno en pesos. 
 
  • Algunos hechos a tener en cuenta en el mediano y largo plazo (+ de 5 meses) son:
1- Ver cuándo EE.UU empieza a limitar la expansión (podría empezar a fin de 2013 o ya en 2014), aunque el mercado ya ha aumentado las tasas de interés de los bonos de EE.UU., lo cual también ha afectado los precios de los commodities a la baja (también hay que ver como evoluciona la cotización del dólar frente a otras monedas: parecería estabilizarse)   

2- En la siguiente Tabla se presentan las proyecciones  hasta 2022 del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO):
Las caídas más pronunciadas se dan en el año 2014-2015, para luego comenzar a recuperar. Lo que si debe quedar en claro, es que no se alcanzan más los valores de 2012. En el largo plazo USDA estima una caída del 30% para soja y trigo y del 40% para maíz; FAO estima -9% para trigo, -4% para soja y -2% para maíz. 
 
3- Si se revisa el cuadro con los precios de los contratos a futuros, el mercado castiga mucho más a la soja. Esto está basado en las dudas del crecimiento chino (explica alrededor del 60% de la importación de soja).
 
4- La incertidumbre doméstica en cuanto al trigo y al maíz pareciera no disminuir.
 
  • Entonces, ¿qué puede pasar con los precios afuera?:
1- No parecieran haber demasiados factores alcistas: i)factor climático al momento de la cosecha, como pueden ser enfermedades de fin de ciclo; ii)rendimientos menores a los proyectados.
2- Factores de sustento: i)mayores compras por parte de países importadores para aprovechar los bajos precios.
3- Factores bajistas: i)menor liquidez internacional (por más que ya haya habido un ajuste), ii)mejor cosecha de la esperada en EE.UU., iii)ajuste de tasas, iv)fortalecimiento del dólar.
 
En base a esos factores, se torna central esperar los resultados de la producción norteamericana que permitirían recomponer stocks, pero la tendencia es bajista. El punto es ver cual será el piso que hoy es de 467, 444 y 434 dólares la tonelada para 2014, 2015 y 2016.
 
  • Entonces, ¿qué puede pasar con los precios internos?:
1- Los precios internos seguirán la tendencia externa, aunque amortiguados por los factores detallados arriba. El tipo de cambio va a ser el elemento de aumento de los valores en pesos. El tipo de cambio a diciembre esperado ronda los $6. Una manera de estimar los precios para los meses venideros, sería tomar los precios de los contratos de futuros para los meses seleccionados y multiplicarlos por el tipo de cambio (una tasa mensual estimada de depreciación podría ser 1,8%. Por ejemplo: tipo de cambio a fin de agosto = tipo de cambio inicio de agosto (5,51)*(1+1,8%) = 5,61; en caso de necesitarse una cantidad de días distinta, utilizar proporciones. Por ej: a N días, la tasa se convertiría en: 1,8%*N/30
 
2- Sobre lo que hay que hacer en el corto plazo no existe una única respuesta. Lo que si, dado que se sembró con valores cercanos a los US$550 y se cosechó con valores más próximos a US$450, conviene estar precavido en caso de no haber planificado. Buenas alternativas son: i) conseguir precios a fijar que brinden un plus sobre precios pizarra (es una buena alternativa para aquellos que tengan que pagar alquileres a precio pizarra), ii)hacer el ejercicio de estimación de precios a futuro contra la venta de la producción hoy y su inversión a una tasa mensual que se pueda conseguir (aunque acá hay que analizar también el riesgo de esa inversión) y optar por la más beneficiosa.
 
3- Ver a través del ratio de precios qué grano conviene ir vendiendo para saldar las deudas. Según precios históricos, cuando el ratio maíz/soja es superior al 49% conviene vender maíz y cuando el ratio trigo/soja es superior a 61% conviene vender trigo; en caso de que sean inferiores sería mejor vender soja. Esto es a través de información histórica, no contempla escenarios particulares como fue el caso del trigo este año.
 
4- Es sumamente importante avanzar en la planificación del establecimiento, para conocer los flujos de fondos, poder calzarlos con ingresos y mejorar la eficiencia. Según las estimaciones de FAO y USDA, 2014 y 2015 son los años de mayor caída de precio de commodities agrícolas, por lo que es relevante comenzar en 2013 a mejorar la planificación y la gestión para estar preparados.
 
5- Existe una alta correlación entre precios de insumos y precios de commodities, por lo que la baja de las cotizaciones va  a llevar a una reducción de los gastos en insumos, pero no en una relación 1 a 1, por lo que el gasto que también es necesario ajustar es lo abonado en los alquileres.
 
Frente a una baja de precios, es necesario mejorar la planificación financiera de los establecimientos para no sufrir desbalances que comprometan a la empresa.




viernes, 28 de junio de 2013

¿También va a faltar maíz?; ahora, qué pasa con el trigo para la nueva campaña

En un primer momento el mercado cárnico, ahora el mercado del trigo, y una incipiente preocupación sobre el mercado del maíz dejan a las claras que la intervención gubernamental en mercados conocidos como "de competencia perfecta" (porque presentan determinadas características como libre entrada y salida en el negocio, oferta y demanda diversificada, tomadores de precios, información abundante) distorsiona los relativos de precios, ocasionando que en muchos casos la asignación de recursos no sea la mejor llevando a una tremanda caída en los stocks de cabezas ganaderas o a suspender exportaciones de trigo o incluso plantear la necesidad de importarlo.
 
A la ya comentada situación del trigo, donde se planteaba que el trigo alcanza en el país solo que debido a malas políticas (dieron más cupos de exportación, ROEs, -con el afán de ingresar más dólares- de los que eran factibles), ahora surge la interrogante sobre el maíz.
 
Como primer punto a remarcar, es que con el maíz también se cometió el mismo error que con el trigo: se han dado más cupos de exportación, que lo que sugiere el nivel de producción y de consumo interno. Veamos algunos números de la campaña 2012/2013: el nivel de producción estimado es de 25,7 millones (récord histórico) de toneladas, la molienda seca y húmeda se lleva alrededor de 1,5 millones y la demanda animal (ya sea transformado en balanceado o en grano) se lleva alrededor de 6,7 millones. En síntesis la demanda interna está en torno a los 8,2 millones. Esto deja un saldo exportable para la presente campaña de 17,5 millones.
 
Ahora se debe analizar la cantidad comprada de los diferentes agentes: los molinos llevaban comprados al 30/04 alrededor de 1,15 millones de toneladas, mientras que los exportadores al 19/06 habían comprado casi 17 millones (han embarcado casi 11 millones) por lo que quedarían en manos de los productores alrededor de 7,55 millones de toneladas. Es decir, los exportadores están cercanos a comprar casi la totalidad del "saldo exportable". 
 
Entonces si quedan 7,55 millones de toneladas sin vender, 450 mil deberían ir a la molienda, 6,7 millones a consumo animal y el resto (400 mil) a exportación (a lo que se podría agregar un stock de 750 mil toneladas). Aquí es cuando surge la preocupación y se revisa la política gubernamental de la cantidad de cupos entregados a los exportadores (estos cupos son autorizaciones que le otorgan a los exportadores para poder exportar, y hay de distinta duración: autorizaciones por 45 días, 180 días o 365 días). Si se toman en cuenta aquellos de una duración de 365 días y que van desde mayo de 2012 hasta abril de 2013 (que le permitirían exportar el maíz de la pasada y presente campaña) la suma asciende a 24,4 millones, muy por encima del saldo exportable. Esta gran disponibilidad de cupo de exportación fue lo que exacerbó las compras de exportadores, generando que a la actualidad el 70% del maíz de la campaña se encuentre ya vendido, frente a un promedio del 58% de los últimos cinco años. Esta búsqueda del cereal por parte de los exportadores ha llevado a una relación de precios de maíz/soja de las mejores de la historia.
 
Entonces para responder la pregunta del título "¿va a faltar maíz?" hay un aspecto clave a tener en cuenta. A diferencia del trigo, el maíz no es el "pan de cada día" y por ende la demanda en "la mesa de los argentinos" es notoriamente menos sensible; pero sin embargo, el maíz es insumo para generar carne bovina, porcina y aviar, así como alimentar a los rodeos lecheros.
 
Decodificando toda la información vertida hasta el momento, maíz hay para todos, el problema -al igual que con el trigo- es la cantidad de cupos de exportación que ha librado el gobierno en su afán de hacerse de dólares y que lleva a los exportadores a hacerse de maíz rápidamente (al igual que había sucedido en su momento con el trigo) elevando el precio lo cual por un lado incentiva la venta por parte de los productores, pero por otro, aumenta los costos de producción de productos alimenticios.
 
Dentro de esta "carrera" por tener maíz, la molinería parecería que no tendría problemas de abastecimiento (además los que más demandan granos son los molinos húmedos, que tienen un mayor poder de negociación -o campos propios- para hacerse de la mercadería). Entonces el sector que queda en el medio es el ganadero, que tiene menor espalda financiera que el sector exportador para abastecerse de maíz. Dentro de este sector, se debe diferenciar en aquellos que consumen su propia producción y aquellos que deben comprar (se destacan feed lots y granjas avícolas para carne).
 
Sintetizando, el que podría sufrir hasta la próxima campaña con la disponibilidad de maíz es el rubro ganadero que compra maíz, debido al "apetito exportador". Que alternativas podrían surgir: desde el punto de vista del productor, menor ración de maíz, aumento de la faena (debido a la menor rentabilidad); a nivel macro, en el caso de que las compras del sector exportador sigan con el mismo ímpetu, y la demanda ganadera y de etanol no pueda ser cubierta con las ventas de los productores, problablemente se verifique una suspensión de exportaciones de maíz o se coercione a los exportadores a liquidar sus tenencias en el mercado local. De continuar la alta demanda exportadora y de no mermar la demanda para los animales (y abstrayéndonos de medidas de congelamiento o de otra índole que pueda implementar el gobierno), lo más problable es que los precios se mantengan elevados (no se debería esperar que se vuelvan ilógicos como pasó con el trigo).
 
En conclusión, en el maíz se cometió el mismo error que con el trigo (exceso de emisión de ROEs), pero a diferencia, en el maíz el sector que va a ajustar es el ganadero, por lo que es más dificil predecir sobre la disponibilidad hasta la próxima campaña dado que tienen mayor flexiblidad; sin embargo, pareciera indicar que esa situación va a mantener precios interesantes y los meses previos a la cosecha del 2014, la situación -de cumplirse los supuestos considerados- puede ser tensa en el sector ganadero y de bioenergía que debe comprar maíz, aunque en el caso de los animales, tienen mayor flexibilidad por contar con sustitutos.
 
TRIGO:
En relación al trigo se estiman 3,9 millones de hectáreas sembradas en la campaña 2013/2014 que está comenzando, lo cual podría dar una producción de alrededor de 12 millones de toneladas. Ya se sabe que el abastecimiento va a ser "caro" hasta que entre la nueva campaña (fines de noviembre), pero a partir de allí parecería normalizarse, fruto de que hasta el momento el gobierno ha otorgado solo casi 8.000 toneladas para exportación (contra 6,2 millones del mismo período del año previo) por lo que los únicos compradores serían los molinos (historia repetida). De todos modos, hay que esperar a ver si en los próximos meses con el avance de los cultivos, el gobierno abre el juego a los exportadores.








viernes, 14 de junio de 2013

Análisis de la coyuntura económica argentina

El andar de la economía nacional ya hace tiempo que no es el mejor y los problemas estructurales se van haciendo más notorios impiendo un desarrollo sostenido. Esto se da dentro de un marco internacional donde los precios de los commodities -productos que fabricamos  han sido elevados por casi 5 años. Claramente no se ha administrado de manera eficiente la abundancia de recursos.

Les dejo un link de una nota breve, presentada en la página de Juan Turello, analizando los problemas actuales y las medidas tomadas por el gobierno:

La economía crece poco y los problemas estructurales se hacen cada vez más “pesados”

miércoles, 12 de junio de 2013

Qué están haciendo los productores con la soja

Hace una semana la presidente de Argentina advirtió a los productores agrícolas diciendo "sabemos lo que están haciendo, ya nos dimos cuenta". Básicamente, a lo que se estaba apuntando es al menor ritmo de venta de soja por parte de los productores, lo cual llevó a que la recaudación de los derechos de exportación caiga un 6,4% en relación al mes de mayo de 2012.

Este hecho es una realidad, los productores han vendido menos soja, pero esto en sí mismo es un acto que responde a las señales del mercado y gubernamentales, por lo que debe ser analizado dentro de un marco para hallar la justificación a ese comportamiento.

La cosecha actual de soja -próxima a culminar- rondaría las 50 millones (o incluso menos, se habla de 48,5 millones), de las cuales ya se llevan vendidas casi 21 millones de toneladas a los exportadores y a la industria. Este nivel de venta representa un 41% del total producido. Justamente ese valor es el que se toma en consideración para "apuntar" contra el sector agropecuario, dado que históricamente a esta fecha (datos a fin de mayo) el promedio vendido era del 52% del total producido (con años de seca donde se debía anticipar ventas o años buenos donde no había un mayor apuro en vender).

Si se hubiera vendido ese 52%, el volumen negociado crecería en 5,5 millones de toneladas, lo que generaría US$2.750 millones adicionales de ingresos de divisas y más de US$960 millones en conceptos de retenciones.

Pero este comportamiento tiene justificativos:

1- tentadores precios del trigo y el maíz, en relación al de la soja, lo cual incentiva a la comercialización de ellos en detrimento de la oleaginosa. Esto en el caso del maíz se percibe con una venta de granos del 67% de la producción, contra un promedio de las últimas cinco campañas del 54%. Esto le permite al productor ir afrontando los gastos. Esta mayor venta de maíz compensó en parte el efecto negativo de la soja generando ingresos adicionales por US$800 y retenciones por US$150 millones (neteandolo de la soja, los valores por la menor venta de la misma quedaría en US$2.000 millones y US$810 millones).

2- fruto de las distorsiones en los mercados del maíz y el trigo, la soja resulta ser el "bien" de resguardo de valor que tiene una alta liquidez (aunque no tenga un precio fijo).

3- tensa situación con el sector, malas campañas previas y rentabilidad en descenso (crecimiento de costos en aumento), generan reparos para la inversión en el sector, por lo que refuerza la estrategia tenedora de granos.

4- los precios de la soja no tientan demasiado a los productores, a pesar de que los mercados futuros internacionales dan una tendencia a la baja.

De todas formas, se debe aclarar que 2013 es el año récord en liquidación de divisas para los primeros 5 meses del año, según se muestra en la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina. Esto es consecuencia de que a pesar de la menor venta de soja, se incrementó la exportación de otros granos y a que los precios promedios de 2013 para los granos han sido superiores a los de 2012: 33,4% para el trigo, 2,6% para el maíz y 4,7% para la soja. Consecuentemente, es de esperar, que la liquidación de los impuestos al comercio exterior se sienta en el presente mes de junio.

jueves, 30 de mayo de 2013

¿Qué pasa en el mercado del trigo?

Entender la actual situación del mercado triguero, implica no solo ver el "corto plazo" sino hacer un poco de "revisionismo" histórico. Responder a la preguntas ¿por qué el trigo cotiza más que la soja? y ¿nos estamos quedando sin trigo? implica analizar no solo la producción, industrialización y exportación de la última campaña, sino también de las anteriores.

Arrancando por el corto plazo, en la última campaña triguera se sembraron entre 3,1-3,4 millones de hectáreas (la más baja en la historia) y dado que las condiciones climáticas no fueron las mejores, el rendimiento nacional se ubicó en torno a los 2.900 kilogramos por hectárea, lo que da una producción de entre 9 y 9,8 millones de toneladas. Este nivel es bajo y se encuentra entre los peores registros de los últimos veinte años.

Ahora es preciso ver cuanto trigo es necesario en el país. En promedio, en los últimos cinco años se han destinado a molinería 6,3 millones de toneladas (a razón de 530 mil toneladas al mes)  con las cuales se producen alrededor de 4,7 millones de toneladas de harina (por cada tonelada de trigo, sale 0,75 tonelada de harina). Es decir, Argentina consume (transforma) 6,3 millones de trigo. Sin embargo, es pertinente aclarar que del total de harina producida, no todo se consume, sino que hay una parte que se exporta -la cual ha ido en aumento en los últimos años pasando del 14,8% del total de harina producida en 2005 al 20,6% en 2012. Este comportamiento sin dudas fue favorecido por las trabas del gobierno a la exportación del grano del trigo a través de lo que se conoce como ROEs (Registro de Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior de productos agrícolas), lo cual generó bajos precio internos para el grano que los molinos aprovecharon (aunque también sufrieron congelamientos de precios, pero que al poder introducir elementos diferenciadores en las harinas pudieron  evitarlos en parte), lo cual incentivó un mayor consumo de harina per capita en el mercado doméstico, y a su vez, un crecimiento de la exportación. Sin embargo, la intervención gubernamental, desalentó a los productores a la producción de trigo, como quedó demostrado.

Teniendo en cuenta el monto destinado al consumo interno, el saldo exportable de la última campaña quedaría en 2,7 y 3,5 millones de toneladas. Bajo este escenario parecería no haber complicaciones hasta la próxima campaña porque el comercio exterior es manejado por el gobierno. Pero ante la fuerte escalada de precios, queda a la vista que la situación no es así, por lo que surge un interrogante sobre ¿quién tiene el trigo?

Para responder a esa pregunta, es necesario analizar un poco los dos últimos años de intervenciones del gobierno: en los años 2011 y 2012, hubo niveles de producción aceptables que generaron un saldo exportable aproximado de 9,6 y 7,8 millones, respectivamente. Frente a estos buenos resultados, el gobierno en 2011 aprobó 7,4 millones de toneladas para la exportación (lo cual permitió incrementar los stocks); pero en 2012 aprobó 12,2 millones (superior a los 7,8 millones de toneladas de saldo exportable), lo cual llevó a que se venda el stock existente que pasó de 5,1 millones de toneladas al inicio de la campaña, a 1,4 millones.

Es decir, el año previo el Estado pautó el incremento de ROE's con un objetivo fuerte que era incrementar la producción de trigo para captar más dólares de la exportación. Pero esa medida, claro está, no incentivó la siembra sino que produjó una fuerte caída en los stocks nacionales.

La cuestión que deriva en la situación actual, es que existen 5,3 millones de ROE's aprobados en 2012 que vencen entre junio y diciembre de este año, por lo que los exportadores el año pasado han comprado para abastecerse y poder cumplir sus obligaciones hoy. Frente a este panorama, durante 2013 solo se han aprobado 34.760 toneladas.

Entonces, ¿cómo se distribuyen las compras de la actual campaña? Según datos al 15 de mayo, en total se han comprado 7,3 millones de toneladas, de las cuales 5 millones han sido por parte de la exportación y 2,3 millones por la industria. Entonces, estaría quedando en manos de los productores aproximadamente 2 millones de toneladas. 

En vista de estos números, los 2,3 millones comprados por la industria alcanzarían -según el ritmo de molienda promedio de 2013 de 465.279 toneladas al mes, inferior al de los últimos 5 años- para 5 meses. Es decir, por la fecha de los datos publicados, la molinería estaría con insumos aproximados para  menos de un mes más de molienda. Este hecho responde a la primer pregunta del artículo ¿por qué el trigo cotiza más que la soja?, básicamente porque la industria no tiene insumos por lo que salen a ofrecer mayores precios. 

Pero para responder a la segunda pregunta ¿nos estamos quedando sin trigo?, es necesario hacer un cálculo adicional. Si los productores venden los 2 millones aproximados que tienen en sus manos, habría volumen para 4 meses y medio, por lo que si consideramos que los molinos tienen trigo hasta fines de junio y  esos meses que se agregan con lo que vendan los productores, en noviembre la disponibilidad de trigo estaría en duda

Las tres alternativas que posee el gobierno (que algunas se van a utilizar de manera conjunta) es utilizar la coerción y obligar a los exportadores a vender localmente parte de las 2 millones de toneladas que aún tienen sin embarcar; restringir las exportaciones de harina (aunque aún ahi necesitaría de la venta de trigo de los exportadores); o, importar trigo (a los precios actuales, se estaría consiguiendo trigo de afuera más barato que el interno). Lo más probable es que el gobierno avance en una mezcla de las dos primeras medidas.

Entonces, analizado el panorama de que existe trigo y que de mediar las "políticas" necesarias no se produciría desabastecimiento, el otro factor a tener el cuenta es el precio que se va a pagar por el. Probablemente hasta que se establezcan cuál será el camino a seguir por el gobierno, los precios sigan altos para poder acceder a la materia prima. Recién se estaría descomprimiendo la situación cuando empiece a entrar la nueva cosecha en diciembre, siempre que no medie alguna política de control de precios del Estado.

Este caso, sumado al ya conocido de la carne bovina, demuestra lo que pueden provocar las malas intervenciones en determinados mercados. Vale tener en cuenta que el reintegro de las retenciones al trigo a los productores a través del fideicomiso (Detalles del fideicomiso para el trigoRepercusión para el productor de la devolución) fue una medida pensada más desde la óptica de la necesidad de dólares (y caja), que de la necesidad de trigo, porque de haber primado la segunda opción la medida hubiera sido más directa para generar un mayor incentivo en los productores dado que la intención de siembra para la campaña que está arrancando es de 3,9 millones, si bien superior a su antecesora, aún bajo en relación al histórico.