miércoles, 15 de abril de 2015

Qué se puede hacer para mejorar la rentabilidad del campo

El informe del USDA (Departamento de Agricultura de E.E.U.U., por sus siglas en ingés) que se publicó en el día de la fecha (último informe del oferta mundial de granos del USDA) generó tensión a la baja para la soja, y para el caso del maíz y el trigo permitió que recorten las pérdidas, pero están por debajo de lo que estaban al comienzo del día.

En Argentina la cosecha si bien viene a un ritmo inferior al promedio de años anteriores para esta fecha, se está presentando un buen rendimiento, tanto para maíz como para soja. Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, al momento en soja se ha cosechado casi el 14% del área con un rendimiento de 40,5 qq/ha; en cuanto al maíz se ha completado un 17% del área cosechada, con un rendimiento promedio de 89 qq/ha.

Bajo este escenario, cada vez cobra mayor probabilidad el escenario de precios internacionales aún más bajos para la soja en el segundo semestre, cercanos a US$348 por tonelada en Chicago y estables para el maíz (US$157 por tonelada aprox). Pero para el mercado doméstico, los precios observados se mantienen bastante estables en relación a la actualidad (pero podrían ceder en caso de que cedan a nivel internacional).

La rentabilidad solo es positiva para la soja producida en tierras propias, mientras que para el caso de tierras arrendadas, así como para el maíz bajo tierras propias o arrendadas, el resultado es negativo para una explotación a más de 400 km del puerto. tal como se muestra en el siguiente cuadro, planteado para el sur de Córdoba (se supone para los dos cultivos un mismo valor de arrendamiento):

Margen Bruto

El rendimiento de equilibrio (es decir, aquel rendimiento para el cual el Margen Bruto se hace cero) para ambos cultivos es: para soja 19,7 qq/ha y para maíz 85 qq/ha (se supone costos de cosecha constante y costos de comercialización directamente vinculados al nivel de producción). Si solo tenemos en cuenta los costos directos y de cosecha, el rendimiento que se debe obtener para poder cubrirlos es de 13 quintables para soja y de 35 quintales para el maíz. Esto resalta el fuerte peso que tienen los costos de comercialización sobre los costos totales del agro, llegando casi al 46% en el caso de la soja y al 52% en el caso del maíz.

En el caso de que se tome una explotación localizada a 230 km del puerto, el análisis es el mismo, solo que se convierte en más positivo para la soja y menos negativo para el maíz disminuyendo los costos de comercialización a un 41% y 48%, respectivamente. Claramente un problema estructural que presenta la cadena agroindustrial, es la alta incidencia de los gastos de comercialización, lo cual está influenciado por la inflación en dólares interna (aumento de los costos logísticos en pesos por encima del aumento del tipo de cambio).

Si ahora suponemos una eliminación completa de las retenciones, se obtendrían resultados positivos para los dos cultivos en campo propio; pero en el caso de campos alquilados, la soja si mostraría un resultado positivo, pero no así el maíz. Pero hay que recordar que el margen negativo para el maíz se da en una sola campaña y no contempla el doble cultivo (y se valúa a precio soja). Pero hay que tener en cuanta que muchos contratos de alquileres están fijados bajo alguna metodología que implica una cantidad de quintales fijos a pagar según los precios disponibles. Este aumento de precios también se traduciría a los alquileres a pagar, por lo que en algunos casos puede ser preciso negociar sobre esa variable.

Margen Bruto sin retenciones

Entonces, hacia adelante para mejorar la rentabilidad del sector frente a estos precios internacionales y el atraso cambio, la solución a la vista es eliminar las retenciones. En el caso de la soja, posee más margen para hacerlo progresivamente. Además de la eliminación de retenciones, es necesario que se eliminen las distorsiones sobre el comercio exterior que eliminan la competencia dentro del mercado y provoca distorsiones entre los precios internacionales y domésticos superiores a lo que resulta de los derechos de exportación más los gastos de puerto.